La selva tropical húmeda es un lugar donde hace calor lo mismo durante el día que
en la noche, sin importar la época del año.
Tal vez en el sitio donde vives llueve sólo unos meses y después empieza la temporada
de secas. Pues aquí ocurre algo distinto: la lluvia cae durante la mayor parte del año, con
intensidad variable, que va desde lloviznas cortas, hasta fuertes tormentas acompañadas de
La abundancia de las lluvias ocasiona que la selva tropical siempre esté llena de agua.
Alguna puede verse a simple vista, como la que corre por los ríos y arroyos.
En cambio, no podemos ver el agua que el suelo absorbe para formar un río subterráneo.
Tampoco es fácil distinguir el líquido que almacenan las raíces de las plantas o el agua que
se convierte en vapor y flota en el aire, dando humedad al ambiente.
El agua es importante, pues contribuye a que el suelo selvático sea fértil. Esto es posible
porque continuamente caen hojas, frutos y hasta ramas de los árboles para formar una capa
que cubre el suelo. Entonces entran en acción bacterias pequeñísimas, que ayudadas por lo
húmedo del ambiente, pudren en poco tiempo esa capa vegetal, lo cual permite que las
sustancias nutritivas regresen al suelo y sirvan de abono natural a nuevas plantas. A esta
capa de materia orgánica muerta se le llama humus.
Gracias a la combinación de calor, agua y suelo fértil, la selva permite
que muchas especies vegetales encuentren lo necesario para crecer
con abundancia. Así es posible identificar miles de plantas y árboles
distintos; desde pequeños musgos hasta árboles de altura gigantesca.
evitan que la lluvia o el viento arrastren la capa fértil del
suelo, además de que ofrece alimento y refugio a los animales; de ahí
que en la selva también exista la mayor variedad de éstos sobre la tierra.
Otro nombre que se da a este ecosistema es selva siempre verde, debido
a que algunas especies de árboles conservan sus hojas más de un año y
otras no las pierden al mismo tiempo, sino en temporadas diferentes. Así,
mientras a unos árboles se les caen las hojas, a otros les retoñan. Como
los nuevos brotes crecen en poco tiempo, la selva conserva su verdor.
Esto la distingue de otros ecosistemas, donde los árboles se quedan sin hojas
en la sequía y retoñan hasta que llueve otra vez.
Empezaremos por la capa superior o emergente, donde destacan las copas de
los árboles más altos, que llegan a medir 45 metros y crecen alejados unos de
otros. Con frecuencia es difícil identificar la especie a que pertenecen, pues sus
hojas, flores y frutos se encuentran a gran altura.
La mayoría de los troncos de estos gigantes, no son muy anchos y una vez que
sobresalen de la copa de los árboles de menor tamaño, extienden sus ramas.
Entre ellos se encuentran la ceiba, el cedro, la caoba y el chicozapote.
en recibir la lluvia, ésta se evapora con rapidez. Sin embargo, sus hojas
son pequeñas y duras, así logran absorber y acumular el agua.
El viento sopla con enorme velocidad, moviendo las copas de los árboles de un
lado a otro; durante algunas tormentas, puede ser tan fuerte como para
derribarlos. Sin embargo, la mayoría de árboles gigantes tiene unas salientes
en la base de su tronco, llamadas contrafuertes, que como si fueran raíces
endurecidas y gruesas detienen al árbol, pues le ayudan a distribuir su peso.
Las ramas de los árboles más altos son débiles, aún así son el lugar preferido
de algunos animales. Los más comunes son las aves de rapiña como el halcón
gris, el águila arpía, la lechuza y el búho.
Todas ellas son carnívoras y bajan continuamente para cazar su alimento.
Bajo la capa emergente se encuentra el siguiente estrato, la bóveda. En éste,
la temperatura disminuye un poco, lo mismo que la intensidad del viento.
En cambio, aumenta la humedad del ambiente.
Allí abundan árboles que miden entre diez y treinta metros de altura y crecen
muy cerca unos de otros, de manera que sus ramas no pueden extenderse
mucho. Algunos de ellos son el mamey, el ramón, el palo de Campeche, el jabín
Estos árboles son el lugar ideal para los animales que pueden colgarse
de las ramas; tal es el caso del mono araña, el perezoso y el oso hormiguero,
quienes se columpian con facilidad de un árbol a otro utilizando su cola
como si fuera un brazo más, incluso se sostienen con ella mientras buscan
alimento.
En la bóveda también encuentran su alimento la ardilla, el murciélago y
el mono saraguato. Ellos están muy bien adaptados a vivir en lo alto, así
que no necesitan bajar al suelo.
En los árboles selváticos no pueden faltar aves como el tucán, la guacamaya
y el perico cabeza amarilla, el trogón.
Los insectos son un caso especial, ya que pueden volar por lo alto, estar
pegados a los troncos o cerca del suelo. En la selva tropical hay una enorme
variedad, como luciérnagas, mariposas, hormigas, avispas, grillos y
muchísimos más.
Lo mismo que otros animales selváticos, los insectos son muy importantes
para la existencia del ecosistema. Un ejemplo de su función, es que al llevar
el polen de unas flores a otras, colaboran en su fecundación.
Otro ejemplo de la importancia de los animales en este ecosistema, lo dan los
murciélagos, aves y monos que se alimentan de frutos, pero no pueden digerir
las semillas que éstos contienen y las arrojan entre sus excrementos. Así, las
transportan de un lugar a otro, aumentando sus posibilidades de germinación.
El viento cumple una función similar cuando arrastra frutos llenos de semillas,
que pueden caer hasta el suelo o quedarse en huecos formados entre las
ramas de un árbol. Si allí encuentran un poco de tierra y humedad.
Las trepadoras, también llamadas lianas o bejucos, son plantas con tallos
delgados y flexibles, que se enredan al tronco de un árbol para subir.
En su camino hacia lo alto, los troncos de las trepadoras se detienen de las
ramas de su alrededor y quedan colgando de ellas. De esta forma, se enlazan
varios árboles, a veces con tanta fuerza, que aún cuando se corte el tronco
de uno de ellos, ésteno cae.
También es posible lo contrario: que al cortar un árbol, caigan con él varios más
, pues estaban amarrados por las trepadoras.
Las estranguladoras o matapalos, son árboles que crecen sobre otros árboles.
Nacen como pequeñas plantas que se desarrollan sobre una rama; con el tiempo
ganan fuerza y sus raíces bajan hasta el suelo, del cual toman más sustancias
nutritivas.
Gracias a esto, los tallos de la estranguladora se engrosan y se enredan en el
árbol que les sirve de apoyo. Después, le crecen ramas y hojas.
En consecuencia, el árbol de apoyo deja de recibir la luz del sol. Además, la
estranguladora absorbe toda el agua disponible y presiona al tronco, hasta
que el árbol muere. Debido a la humedad, éste se pudre en poco tiempo y solo
queda un hueco en su lugar. Estas plantas producen unos frutos parecidos a losp
higos, que sirven de alimento a muchos pájaros, monos y murciélagos.